jueves, 14 de julio de 2011

Más vale tarde que nunca (I): Una serie del "koppon"

Ya lo anuncié al final del post de los posados en bañador, y me da igual el retraso con que voy a tratar este tema, y espero que a mis lectores (si los hay) tampoco les importe. Hay cosas peores, como cometer la aberración de ubicar los helados Magnum Gold en el verano de 2003. 


Vengo desde hace un tiempo prestando cierta atención, en este mi blog, a lo que echan por la tele. Claros ejemplos de este repentino interés han sido las entradas que dediqué, en este mi blog, a las series de “Piratas” o “El barco”. No tengo aficiones náuticas, es pura casualidad.  Después de ello, me sentí culpable por no haber dedicado ninguna entrada a ciertas miniseries “históricas” que se han venido desarrollando en los últimos meses, la mítica “Felipe y Letizia” y la no tan mítica “Sofía”, dedicadas a los noviazgos y las bodas de los príncipes y los reyes actuales respectivamente. Vamos, pues, a ello, analizando, en primer lugar las diferencias y similitudes entre ambas miniseries.


- “Felipe y Letizia” va sobre el noviazgo de los príncipes, tal como hace referencia el título, pero “Sofía” no se dedica exclusivamente a la figura de la reina como podríamos suponer por el título, sino que comparte protagonismo con el entonces príncipe Juanito, así como con otros personajes de su entorno.


- “Felipe y Letizia” fue televisada antes que “Sofía”, aunque ésta última se hizo con anterioridad, lo que pasa es que se tuvo que retrasar su emisión por falta de presupuesto o algo así.


- “Felipe y Letizia” la echaban en Telecinco y “Sofía” en Antena 3. Ello hace pensar que la serie de la reina es más correcta, sosa y aduladora para con sus protagonistas, mientras que una serie de Telecinco suele ser más morbosa o más polémica que una de la denominada “cadena triste”. Y así es como fue.


- “Felipe y Letizia” es una comedia romántica; “Sofía” es un drama cuasi shakespeariano, como apuntó Juanjo Puigcorbé.


- Ambas series narran dos “historias de amor” de personajes regios en dos capítulos, aunque estructuradas de forma diferente. Las dos series se parecen en lo poco interesante de sus historias, así como en el uso de imágenes de archivo, abundantes dosis de azúcar, moñeces varias, escenas absurdas y momentos cargados de vergüenza ajena.


- La principal diferencia de la serie radica en el contexto histórico en que se desarrollan y que en “Felipe y Letizia” apenas tiene importancia (salen acontecimientos históricos como el 11 M, el vertido del “Prestige“ o la guerra de Irak, pero no intervienen en la trama), ya que se centran exclusivamente en el noviazgo. En “Sofía”, el contexto histórico cobra mayor importancia.


- Otra diferencia es que, mientras en “Felipe y Letizia” imitan las voces de los personajes principales (al rey lo clavan), en “Sofía” no lo hacen, ni siquiera imitan la voz de Franco, que sería el personaje más imitable de los que aparecen en la serie.


- Ambas series tienen como nexo común al gran actor Juanjo Puigcorbé, que ejerce de padre del novio por partida doble. Hablaremos más delante de él, que da para mucho, incluso para dedicarle un post solo a él (y así lo haremos). De momento, me conformo con recordar sendas escenas parecidas en las dos miniseries, en las que aparece Puigcorbé dentro de un coche discutiendo, con Juanito en una y con Felipe en la otra. 






Antes de entrar en materia, os preguntaréis por qué vi las series. Lo cierto es que no tenía intención de verlas, pero después de la polémica creada tras la emisión de “Felipe y Letizia, deber y querer” (sí, ese es el subtítulo escogido para rematar cursimente el título de la serie) no me pude resistir y me convencí creándome falsas esperanzas de ver a Marichalar, que solo sale en una imagen y de lejos, pero hubiera sido un puntazo sacarlo en la gala previa a la boda dándolo todo junto con Ernesto de Hannover. La patada de Froilán tampoco sale. Sin duda, lo más destacable de la serie fue la actuación de Juanjo Puigcorbé, que sería el principal reclamo para que viese posteriormente la serie de “Sofía”.


La serie se estructura en dos capítulos: el primero va desde que Felipe y su entonces novia (aquella modelo nórdica rubia) parten peras. Luego viene cuando se conocen él y Letizia, me refiero a que se conocen en persona, porque claro, al príncipe lo conoce todo el mundo, y a Letizia por entonces también, porque salía en el Telediario. El segundo capítulo nos muestra la decisión del príncipe de casarse con la periodista, los obstáculos que han de superar y, finalmente, la boda, con las imágenes de archivo correspondientes.




Comparación entre la Letizia original y su sucedáneo, Amaia Salamanca




No hace falta ser un lince para deducir que los personajes principales son los que se mencionan en el título de la serie. Felipe es el heredero al trono de las Españas, por lo que ostenta el título de príncipe, no sólo de Asturias sino también de Gerona (o Girona, como dicen los catalanes) y Viana. Letizia es una joven promesa del periodismo, muy resabida, que gusta de corregir a sus compañeros tanto en CNN+ primero, como en TVE después o incluso con el propio Felipe cuando ya estén casados. El personaje de Letizia está bastante logrado y la actriz que la interpreta, Amaia Salamanca, que se quería punzar a Fele Martínez en “Tensión sexual no resuelta”, da el pego bastante bien y nos ofrece una Letizia que siempre habla primero y más que nadie y parece que siente tener razón siempre y dar un toque pedantil a la situación, como parece que es la princesa en realidad. Como contraste, el príncipe parece un sosaina, un poco tontico y a veces podríamos decir que hasta endogámico, además de que a lo largo de la serie dice unas tontadas difíciles de olvidar. Ello contribuye a que la serie parezca una parodia y a que el personaje de Letizia sea el más creíble de todos.


Junto a los enamorados protagonistas encontramos a los padres de él, es decir, los reyes, en segundo plano, pero no por ello menos importantes. Los encargados de meterse en la piel de Juanito y Sofía son dos actores de renombre, Juanjo Puigcorbé y Marisa Paredes, de los que hablaremos más adelante. También aparecen por ahí las hermanas, Elena (y su trenza), a quien Felipe llama “Helen”, ¡con dos cojones!, y Cristina, acompañada en todo momento por su marido Urdangarín, que es moreno, lo cual se traduce como uno de los mayores gazapos de la serie. Por parte de Letizia, su entorno aparece menos representado: su familia sale poco, y cuando no está con Felipe vemos a la entonces periodista rodeada de amigos o de compañeros de TVE, entre los que destacamos al inefable Urdaci.




Juanjo Puigcorbé y Marisa Paredes disfrazados de reyes



Como ya habíamos adelantado, la serie es una sucesión de escenas cómicas protagonizadas por Juanjo Puigcorbé, alternadas con escenas romántico-parejiles que producen altísimos niveles de vergüenza ajena. Me gustaría destacar unas cuantas secuencias de esta índole.


Primera: Felipe, antes de conocer personalmente a Letizia, es sorprendido por su madre mientras ve, con cara de bobo, a su futura mujer retransmitiendo el Telediario. Luego le dice a su madre algo así como “Mira, qué guapa es… ¡y qué bien lo hace!“ y le suelta todo el currículo de la prometedora periodista, como si previamente lo hubiera buscado en Internet. 


Segunda: Conversación entre Felipe y Letizia.


L: Yo vivo en un piso de 80 metros.
F: Todo tu piso cabe en mi dormitorio.


Tercera: Letizia está en su casa cenando con las amigas en plan “fiesta del pijama”, cuando de repente llaman al timbre, abren y aparece Felipe que dice “Soy el postre”, mientras a Leti y a sus amigas se les hace el chirri pesicola.


Cuarta: Felipe y Letizia se encuentran al borde de una piscina, con el modo pedante ON, hablan sobre el cerebro de los pájaros y se comparan a sí mismos con dichas aves. De repente, a Felipe se le cruzan los cables y se tira a la piscina vestido, y se pone a nadar. ¡Con dos cojones!


Quinta: Están los dos solos en casa de Letizia, cuando ella anuncia que se va a duchar. Entonces Felipe le dice “¿Te enjabono la espalda?”, una sugerencia digna de un descendiente de Alfonso XIII. 


Sexta: Felipe, de incógnito, sale de casa de Letizia tras haber pasado la noche allí. El “modo incógnito” consiste en ponerse gorra y gafas de sol, tal como hacía Juan Cuesta en “Aquí no hay quien viva” en varias situaciones que así lo requerían (espiar a su hija, quedar con la Hierbas en un hotel, hacer la vigilancia nocturna, etc.).






Felipe y Letizia. Ella luce el famoso traje blanco con que la imitaban al principio



Paralelamente a la empalagosa relación del príncipe y la periodista, el matrimonio entre Juanito y Sofi resulta algo chocante, de tal manera que mucha gente no ha dudado en calificarlo como digno de una versión regia de “Escenas de matrimonio”. A pesar de las críticas recibidas, el personaje del rey está muy logrado, mientras que, en mi opinión, la reina sale peor parada, y, sin embargo, ha sido Puigcorbé el que más palos se ha llevado por parte de la opinión pública y los medios de comunicación. A la reina le han puesto un acento raro que en realidad no posee (por ejemplo, dice “pagacetamol”) y la pintan más estirada de lo que parece en verdad, dando una imagen muy distinta a la que la Sofía original ofreció en el verano de 2010 cuando casi vio en bolas al jugador de football Carles Puyol. En principio, la reina ejerce de suegra malvada para con Leti, pero luego cambia y acaba apoyando la boda de Felipe con la periodista, en contra de la opinión del rey, de Peñafiel y de las señoras que querían que Felipe se casase con la hija guapetona de los reyes de Suecia, porque lo único que quiere es ver feliz a su hijo ya que, como dice el rey Puigcorbé, Sofía está enamorada de su hijo.







Secuencia de imágenes de lo que no sale en la serie


Como hemos dicho, el rey merece un post aparte, o mejor dicho, el que lo merece es Juanjo Puigcorbé, y así lo haremos, pero antes me gustaría destacar unas cuantas cosas de él en la serie:


- Lleva chándal del Decathlon.


- Le hace gracia referirse a los regalos de reyes (Reyes Magos, se entiende). 


- En una escena aparece una criada y de repente, le suelta “¿Ese uniforme es nuevo? Mejor que es del año pasado”. ¡Con dos cojones!


- En otra escena, la reina le comunica al rey que hay paella para comer y añade “Paella de verduras” y el rey pone mala cara al saberlo porque hubiera preferido paella de carne o de gambas para chupar las cabezas.


- Estando en Palma de Mallorca, con toda la familia, se acerca a su nieta, que está en brazos de una nanny, y le dice “Qué guapa”, y añade, refiriéndose también a la nanny, “Las dos, eh, las dos”.


- En la primera cena con Letizia dice de repente “A mí me hubiera gustado ser periodista deportivo”.


- En esa misma cena, la conversación se pone un poco tensa porque están hablando de cosas chungas, de Irak e Israel, y el rey, para cambiar de tema, sugiere que hablen de football.


- Cuando Felipe le dice que si no le dejan casarse con Letizia, no se casará con nadie, el rey le suelta algo así como “Un guey soltero es un disparate”, a lo que Felipe contesta “¿Y Alberto de Mónaco?”.


- A Felipe le dice: “Hijo mío, ¡qué guapo eres!” 


- A Sofi le dice: “Si fueras española, serías aragonesa”. ¡Con dos cojones!


- En otra ocasión le dice, algo enfadado: “¡Estás enamorada de tu hijo!”


Además de estos momentos estelares del rey Puigcorbé hay que recopilar una serie de momentazos de la serie en general que no merecen ser pasados por alto:


- Felipe y Letizia aparecen comiendo Magnum Gold, helado comercializado por vez primera en 2010, en una escena ambientada en el verano de 2003.


- En una de esas escenas estivales, los enamorados aparecen descendiendo de un barco llamado “Koppon”, lo cual no deja de ser curioso y, al mismo tiempo, gracioso.




Los jóvenes enamorados descienden de un barco llamado "Koppon"



- Tampoco hay que pasar por alto la aparición estelar del gran actor José Luis Gil, Juan Cuesta en “Aquí no hay quien viva”, interpretando a Alberto Aza, jefe de la casa del rey.



Alberto Aza, presidente de ésta nuestra comunidad


He querido dejar para el final el top 3 de frases de la serie, a modo de colofón final:


3. “No soporto la violencia, no consiento la maldad” (La reina, en el 11 M)


2. “¿Vas a decir ce ce o o? Suena raro” (Letizia a Urdaci, cuando éste dijo lo de “ce ce o o”).


1. “Jaime, que te vas a quedar sin batería” (Rey a Marichalar, que está hablando por el móvil, en la única escena en que aparece el ex marido de Elena)


LO MEJOR: Juanjo Puigcorbé haciendo de rey.


LO PEOR: Marichalar solo sale en una escena y de lejos, sin contar lo poco interesante de la serie en general.


Por último, aprovecho para anunciar que próximamente habrá una segunda entrega en la que me dedicaré a comentar y a poner de vuelta y media la miniserie de Antena 3 sobre el noviazgo de los reyes y, de paso, dejo un enlace a la ficha técnica de la serie en IMDB, que fue donde descubrí que el personaje al que interpretaba Juan Cuesta no era un ayudante de cámara inventado sino que era un señor con nombres y apellidos: http://www.imdb.es/title/tt1682487/




sábado, 9 de julio de 2011

Toricos que ya no son lo que eran



Los toricos de San Fermín ya no son lo que eran. Me acuerdo aún de cuando mi hermano y yo éramos más jóvenes y nos levantábamos a las 7:45 para ver los encierros y, en caso de que mi padre estuviera o estuviese trabajando en aquel momento, grabarlos en cintas de VHS. Nos gustaba ver los momentos previos del encierro, con los cánticos y los inmediatamente salticos de los corredores y, sobre todo, para no perdernos una escena peculiar que consistía en grabar a los toros mientras esperaban en el corral, a la vez que aparecían unos títulos de crédito con los nombres y el peso de los astados. Nos gustaba aprendernos el recorrido en palabras de Javier Solano (el vallado de la Telefónica es un ejemplo), aunque la "curva mala" era siempre "la curva mala", con nuestras propias palabras. No hay que ser un lince para saber que se trata de la curva en la que se caían todos los toricos, especialmente en los días de lluvia. Del mismo modo, nos gustaba aprendernos los nombres de las ganaderías, los colores de los toros (nos hacía gracia especialmente el toro "jabonero") y, en definitiva, cualquier expresión que saliese de la boca de Javier Solano, que hablaba de "mozos habituales", "carreras bonitas" o "cabestros escoba". Los cabestros escoba nos resultaban algo exóticos porque casi nunca los sacaban, así que nos gustaba verlos, como también nos gustaba que se quedase rezagado algún toro, para que el encierro durase más, a pesar de el peligro que ello conllevaba, como bien nos decía el bueno de Solano.




Si hablamos de Javier Solano, estoy segura de que a muchos no les sonará de nada; si enseñamos su foto, tres cuartos de lo mismo, pero si escuchamos su voz, irremediablemente lo asociaremos con San Fermín. Y es que Javier Solano ha sido, durante más de 20 años, el encargado de retransmitir los encierros en TVE. Su voz transmitía elegancia y saber estar, mientras nos deleitaba con anécdotas de encierros de tiempos pasados, de carreras bonitas, de mozos habituales, de ganaderías con toros peligrosos, de cabestros escoba o del vallado de la Telefónica. Además, se conocía a buena parte de los corredores y de los pastores que acompañaban a los astados durante el recorrido y que con sus palos de pastor pegaban a aquellos inconscientes que se dedicaban a coger al toro por la cola para hacerle volver atrás en el recorrido.









Todo iba bien hasta 2010, cuando Solano y TVE rompieron su relación. Los encierros seguían siendo iguales, pero sin la voz de Javier Solano, habían perdido parte de su atractivo. En su lugar habían puesto a la chica que hacía en programa de "España directo", que ya había acompañado a Solano en los encierros de los años anteriores, sin hacerlo mal del todo pero sin destacar, junto a un periodista del lugar que, a pesar de esforzarse, no estuvo a la altura de su antecesor. El elenco se completaba, además de por los habituales corresponsales diseminados a lo largo del recorrido, con la prescindible presencia de un individuo denominado Ciudadano García cuyas intervenciones daban un poco de vergüenza ajena. Con semejante cuadro, me empezó a dar pereza levantarme a las 7:45 para ver los toros, pero no fue la única razón.




Si la ausencia de Javier Solano no fue suficiente para perderme los encierros, sí lo sería una razón aún mayor, si cabe. Y es que a partir del 1 de enero de 2010, la televisión pública había dejado de emitir publicidad y ello, además de librarnos de horas y horas de molestos anuncios, nos había traído la horrible consecuencia de no poder disfrutar los cortes publicitarios que acompañaban a los encierros y que sólo podíamos disfrutar durante 7 días al año. Se trataba de una serie de anuncios de temática navarra que a mi hermano y a mí nos entusiasmaban y que, por supuesto, nos habíamos aprendido de memoria. Para muestra, unos ejemplos:




- Moshy: una especie de fantasma con la voz de Lisa Simpson que decía: "Dueeeeeeeermen... y yo, Moshy, ayudo a su descanso. Con almohadas confortables, edredones nórdicos moshy-cálidos, cubrecolchones moshy-prácticos. Descansa tranquila..."




- Bajamar: "Quien prueba, prueba y prueba, elige siempre lo mejor. Espárragos Bajamar." Todo ello acompañado por imágenes de espárragos en un bote de cristal y por un hilo musical inclasificable.




- Pamplonica: "A cada momento, su sabor. A cada instante, una respuesta. Es tiempo de Pamplonica. Al pan, Pamplonica". El anuncio intercalaba imágenes de la gente en fiestas con platos de chorizo y salchichón. Este anuncio nos hacía gracia porque en él salía un zagal que se parecía a un pariente nuestro y cada vez que salía decíamos "el chico de la Mila".




Había otros anuncios que recuerdo peor, como el de la Caja Rural, el de Forum Filatélico, donde salían unos barcos, uno de unos aceites ambientado en un supermercado en el que los clientes llevaban gorros de cocinero, sin olvidarnos de que Helvetia Seguros nos ofrecía la repetición del encierro. No me quiero olvidar de aquellos más modernos, como el que tenía como protagonista al inefable Miguel Induráin recorriendo la campiña navarra en bici, con productos de la huerta en la cesta cual caperucita ciclista, o al que os muestro a continuación.







Sin embargo, mis anuncios predilectos eran, fundamentalmente, dos. De uno de ellos, lamentablemente, no he encontrado documento gráfico alguno. Se trata del anuncio de "Martiko. Productos de pato y oca" y consistía en simular el comienzo del encierro con unas imágenes de los cánticos, el cohete y, por último, el encierro, pero con la peculiaridad de que al abrir la puerta del corral en lugar de toros salían una cuadrilla de patos graznando y haciendo gracia. A mí, por lo menos, me hacían gracia. Mi otro anuncio preferido, y seguramente el de mucha más gente, era el de "Espárrago de Navarra", del que destacaba un señor de bigote realizando una cata sensorial. De éste sí que he encontrado vídeo y os lo dejo a continuación.













Por último, debo destacar una noticia de la que me he enterado hoy y que, definitivamente, me ha quitado las ganas de volver a ver los encierros de San Fermín. Se trata de una nueva ausencia, la del mítico corredor calvo Julen Madina, que se retira definitivamente de correr los toros. Recuerdo que hace muchos años le hicieron una entrevista en la que se dio a conocer al gran público y que mostraba su preparación para los encierros, en los que corría siempre el último tramo y, desde entonces, en casa nos dedicábamos a buscarlo entre los corredores. A veces esta tarea nos resultaba d¡fícil porque lo confundíamos con otros corredores calvos y teníamos la teoría que desde su entrevista a los medios, muchos mozos se decidieron rapar la cabeza en su honor o algo así. Lo cierto es que casi siempre lo encontrábamos tras localizar primero a un individuo con camisa verde que corría el mismo tramo que él, y muchas veces iban a la par y con la mano sobre el lomo de algún torico, de modo que nos dio por pensar que el de verde era su amigo. Desconocemos si lo era en verdad.









A la izquierda de la imagen podemos ver a Julen. Al otro lado del astado se encuentra el corredor de la camisa verde.




Así finalizamos el recorrido por los encierros de San Fermín, deseando que les haya gustado este repaso a lo que hasta hace no mucho tiempo todavía podíamos disfrutar en televisión y que, a día de hoy, podríamos definir como M-Í-T-I-C-O.